Antes que nada hay
que tener un concepto de resiliencia y esta definición tiene dos grandes
connotaciones, una es utilizada para describir la capacidad de un material y
otra empleada para referirse a la capacidad de los seres vivos, sin embargo la
Real Academia Española de la Lengua define resiliencia como “La capacidad de adaptación
de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estados o situación adverso”
Por su parte la
UNISDR[1] la describe como “la
capacidad que tiene un sistema, una comunidad o una sociedad expuestos a una amenaza
para resistir, absorber, adaptarse, transformarse y recuperarse de sus efectos
de manera oportuna y eficiente, en particular mediantes la preservación y restauración
de sus estructuras y funciones básicas por conducto de la gestión del riesgo.
Entender la
resiliencia nos ayuda a afrontar de mejor manera los peligros y/o amenazas
producida por fenómenos naturales o antropogénico y esto es debido a que las pérdidas
y daños causados por desastres desencadenados por este tipo de fenómenos se han
visto disminuida gracias a la resiliencia.
Entonces la pregunta
que nos concierne es ¿cómo se podría aplicar
la resiliencia a dichos fenómenos?
Fortalecer la
capacidad de resiliencia de la sociedad como bien sabemos involucra: Identificación
de los riesgos y sus procesos de formación, previsión, prevención, mitigación, preparación,
auxilio, recuperación y reconstrucción, lo cual se puede resumir de manera
simple en el que hacer antes, durante y después de un fenómeno natural y/o antropogénico,
pero hay que ir un paso más y entender
esto de una forma más efectiva.
Para entender cómo
actuar ante un fenómeno natural y crear una mejor resiliencia a este, vamos a
poner de ejemplo un fenómeno Hidrometeorológico los cual el ciclón tropical,
lluvias intensas e inundaciones son los que más afectan al estado de Quintana
Roo, la resiliencia de la sociedad se basa en el grado del impacto de los
eventos que se presenten ya sea leve, agudo o crónico, esta resiliencia de la sociedad
se puede analizar en factores como: Distribución de riquezas, Organización social
e institucional, capacidad de respuesta, sistema de comercialización y el grado
de previsión y transferencia del riesgo.
Entonces para aplicar
y fortalecer la resiliencia podemos hablar de la gestión del desarrollo la cual
consta de cuatro enfoques: prospectiva, correctiva, reactiva y evolutiva.
1.
Gestión
prospectiva (Gobernanza): planificar con visión de futuro y reducir la generación
de riesgos.
·
Políticas
públicas: que son la parte integral para el desarrollo de manera que este
explicita como parte fundamental y estructural de las intenciones de gobierno
nacional, regional, departamental y municipal.
·
Marcos
jurídicos y normativos: que contemplen roles y responsabilidades en la gestión del
riesgo.
·
Planificación
estratégica de manera que de este se generen programas, proyectos y actividades
específicas que aseguren los esfuerzos institucionales y sociales articulados a
la gestión del riesgo.
·
Financiamiento:
Presupuesto destinados exclusivamente a la planificación estratégica.
·
Desarrollo
organizacional.
·
Estudio
del territorio: Estudios específicos necesarios para conocer los fenómenos
peligrosos de forma específica.
·
Percepción
social; para saber y entender cómo ven el peligro la sociedad y sensibilizarlos
respecto a este.
2.
Gestión
Correctiva (Información): Identificar el fenómeno para su reducir el riesgo.
·
Tecnología
para la reducción del riesgo: podemos hablar de sistemas de alerta temprana que
ayudara a la pronta identificación.
·
Opinión
publica: Para conocer que tan informado esta la población respecto a los fenómenos
a los que son expuestos.
3.
Gestión
Reactiva (Buenas prácticas): Trabajar para reducir los impactos, perdidas,
daños y disminuir los tiempos de recuperación.
·
Capacidad
de manejo de emergencias: identificar la rápida accione de los cuerpos de
emergencia.
·
Planes
de emergencia: establecer la forma de actuar ante los fenómenos.
4.
Gestión
Evolutiva (Desarrollo de la capacidad): recuperarse transformando el entorno y
los factores de riesgo asociados al daño.
·
Reordenamiento
territorial.
Pero también es
importante reconocer que la resiliencia se puede trabajar y fortalecer a nivel
individual esto reconociendo los riesgos a los que está expuesto en la casa, el
trabajo, la escuela o los trayectos diarios, de igual forma manteniendo una comunicación
permanente con la comunidad y mantener la calma en caso de desastre.
Como
conclusión podemos decir la resiliencia no es un rasgo que la gente tiene o no
tiene. Si no que son conductas, pensamientos y acciones que son aprendidas
y desarrolladas por cualquier persona cuando está ante una adversidad pero
igual formar la resiliencia es una capacidad que todos los seres humanos
tenemos y solo se desarrolla en la medida que nos hacemos conscientes de lo que
hacemos, pensamos y decimos, por consiguiente en lo que actuamos.
Bibliografía
EL MUNDO. (27 de Agosto de 2020). Futuro Sostenible.
Obtenido de
https://futurosostenible.elmundo.es/sostenibilidad/la-construccion-resiliente-la-oportunidad-ante-los-desastres-naturales?cid=SMBOSO22801&s_kw=BC-twitter
GOOGLE sites. (29 de
Agosto de 2020). Aprende Resiliencia . Obtenido de
https://sites.google.com/site/aprenderesiliencia/conclusion
ONU. (2016). UNISDR.
Organizacion de las
Naciones unidas. (27 de Agosto de 2020). La resiliencia. Obtenido de
http://www.fao.org/resilience/areas-de-trabajo/amenazas-naturales/es/
Peralta Buriticá, H.
A., & Velásquez Peñaloza, A. (2017). Resiliencia: La Clave del Nuevo
Loderazgo del Siglo XXI. Cali-Colombia: Graficas Sanata Maria S.A.
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